Ladronzuela de besos
apedreador de lunas sin escudos
llevás la marca de mi voz
en las esquirlas.
No te dejé silencios desteñidos
flotando entre los charcos
ni naufragué las tardes
en frascos de colores.
El tiempo aún reúne asimetrías
al silbarle a la noche
sus misterios.
Aunque quieras negarlo
afecto a tus certezas
aún guardo el anagrama
para jugar a cara o cruz
bajo la lluvia.
Escondo una señal
que busca el equilibrio
al caminar sobre la cuerda
en si bemol
y recojo las claves
cuando las manos dicen
aquello
que los labios
intentan descifrar.
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